dimarts, 29 de març del 2011

The grammar of death (II)

-¿Por qué tenía que morir en nuestra casa? Ya sólo me faltaba eso, ¡un muerto en mi propia casa!-gritaba y gritaba una y otra vez Mary Crawford, señora de la mansión.
-Tranquilízate mamá, pronto llegará la policía que interrogará a los criados, a lo mejor ellos saben algo.-le dijo su hijo Jimmy.
La señora Crawford se sentó en un sofá de piel de la sala de estar, ordenó a un criado que encendiese el fuego y se puso una mano blanca y fina sobre la sien  masajeándosela con los ojos entrecerrados.
Jimmy decidió subir otra vez a la fúnebre habitación de Jake dejando a su madre con sus extrañas preocupaciones para volver a observar el mensaje que alguien había dejado en la ventana.
ADIÓS, GENERAL
Era el mensaje que se leía, escrito con sangre, sobre el cristal de la ventana.
-¿Quién podría ser tan malvado como para querer matar a un hombre sano y fuerte que dio la vida por su país cuando más lo necesitaba?-eran las palabras que salían de los labios de la joven Laura, que tenía la vista fija en el muerto.
-Era un gran amigo, todos vamos a echarlo mucho de menos.-contestó Jimmy pasándole el brazo por los hombros.
-Deberías decírselo a su hermana, se llama Ruth Miller. Vive en una casa cerca de aquí, en la misma ciudad de Nashville.-informó Laura.
-Conozco muy bien a la señorita Miller, Laura.-repuso Jimmy.
Antes de que llegara el equipo de policías  a la gran mansion de los Crawford, Jimmy cogió uno de sus coches para ir a visitar a Ruth Miller, quien se sorprendió mucho al recibir la inesperada visita.
-Verás Ruth, no va a gustarte nada esto que voy a decirte, pero créeme que no estaría aquí si no fuera estrictamente importante.-afirmó Jimmy.
La señorita Miller, con mirada asustada, empezaba a temerse lo peor:
-Dime, ¿de qué se trata?
-Tu hermano, Jake, fue asesinado la noche pasada en su habitación.
-¿Cómo?
-Creemos que fue envenenado con arsénico. Ya sabes, tuvo que ser alguien que lo conociera, pues de otra forma no conocería la antigua costumbre de nuestro queridísimo Jake. Él siempre se tomaba un vaso de agua antes de irse a dormir.-relataba Jimmy con aire entristecido.
Ruth se había llevado una mano a la boca y aún no había dicho nada, hasta que finalmente Jimmy lo hizo por ella:
-Había una inscripción con sangre en la ventana. Jake tiene una herida en el dedo, así que casi seguro que la sangre es suya.
Jimmy y Ruth no se entretuvieron demasiado y, cuando él volvió a subirse al coche, miró por el retrovisor un momento para confirmar sus sospechas: no había sido una conversación privada. Una mujer con vestido de color violeta había estado escuchando todas sus palabras escondida detrás de la ventana que Ruth había dejado abierta.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada